Yatropropagandética de salud revolucionaria. (Parte IV)

Clara-mente, nada es como suena… “sanando” con lo esencial maravilloso.
Por propaganda política socialista me refiero a la difusión de mensajes ideológicos y políticos que promueven el socialismo como sistema económico y político superior. Este tipo de propaganda puede ser utilizada por cualquier grupo político, incluyendo partidos socialistas, comunistas, marxistas y otros grupos de izquierda.
La propaganda política socialista no es más que una herramienta de control social. Que es empleada para promover una falsa imagen de lo que en realidad representa una dictadura, con su represión y eliminación de las libertades individuales. Específicamente, la propaganda política socialista es una forma de comunicación que busca difundir la ideología socialista y los principios del colectivismo.
Desde el comienzo de la existencia de la Unión Soviética, por ejemplo. Fue la propaganda una herramienta importante para difundir la ideología comunista y los principios del colectivismo. Un ejemplo de propaganda política socialista es el «realismo socialista».
Al igual que la propaganda política-ideológica, la subversión ideológica es una de las técnicas usadas para influir en la opinión pública y en la cultura de una sociedad. Pero se diferencian en cuanto a sus objetivos y métodos. Por su parte, toda propaganda política-ideológica tiene como objetivo persuadir y convencer a las personas para que adopten ciertas ideas, creencias o comportamientos.
La propaganda es aplicada por el régimen castrista a todos los niveles, desde el gobierno, organizaciones sociales, empresas y otros actores. La propaganda puede ser más o menos explícita, y puede tener un tono positivo o negativo.
Se basa en la repetición constante de mensajes clave, y consignas políticas. En el uso de emociones, sentimientos y símbolos poderosos. Así como emblemas para asociar la ideología con valores y emociones positivas, a través de técnicas retóricas y persuasivas. La presentación de hechos y datos seleccionados de manera sesgada para apoyar la posición política oficialista.
Siendo más sutil que la propaganda, la subversión implicó la infiltración de agentes como actores dentro de las instituciones clave de nuestra sociedad. Estos ejercieron la promoción de ideas contrarias a los valores dominantes, la generación de conflictos y crisis que debilitaron la cohesión social y la sociedad civil.
Los regímenes totalitarios utilizan esas tácticas como la propaganda, la censura, la represión y la vigilancia para crear un clima de miedo y control, y para mantener a la población en un estado de dependencia y sumisión.
La polarización política se ha convertido en una herramienta común para movilizar a las masas y mantener el control político, y puede ser explotada por la izquierda. En ese sentido, el Foro de São Paulo y la Marea Rosa han tenido un impacto significativo en la política latinoamericana. Como en la forma en que se lleva a cabo la lucha política en la región.
La utilización de la ingeniería social y la polarización política-ideológica para influir en la cultura democrática es una estrategia. Puesta en práctica con éxito por la izquierda internacional en Latinoamérica, y ha sido objeto de análisis y críticas por parte de diversos sectores políticos y sociales.
La subversión ideológica ha sido empleada como estrategia para socavar las instituciones y valores democráticos a través de la infiltración y manipulación de los medios de comunicación, la educación, la cultura y la política.
«Hay que llevar la guerra hasta donde el enemigo la lleve: a su casa, a sus lugares de diversión; hacerla total. Hay que impedirle tener un minuto de tranquilidad, un minuto de sosiego fuera de sus cuarteles, y aun dentro de los mismos: atacarlo dondequiera que se encuentre; hacerlo sentir una fiera acosada por cada lugar que transite. Entonces su moral irá decayendo» —Ernesto “Che” Guevara (el asesino de La Cabaña).

En conjunto, la propaganda política-ideológica y la subversión ideológica son utilizadas por el régimen totalitario castrista para mantener su control sobre la población y reprimir cualquier disidencia. Mediante su maquinaria de propaganda política-ideológica ha logrado en cierta medida crear una imagen positiva del régimen, promover su ideología y valores, y controlar la información que se difunde a la población.
Al mismo tiempo que usa la subversión ideológica para socavar la resistencia y oposición al régimen. A través de técnicas como la desinformación, la manipulación de la opinión pública y la infiltración en grupos opositores para dividirlos y debilitarlos desde adentro.
Así, aunque puede pasar desapercibida, la propaganda política-ideológica está presente ante:
- Uso de eslóganes y símbolos para promover una imagen positiva del sistema de salud pública cubano, como “La salud es un derecho humano” o la imagen del “Che Guevara” como médico revolucionario.
De esta forma apelan a los valores y principios ideológicos de la revolución cubana y que buscan generar una conexión emocional con el público objetivo. Además, el empleo de la imagen de algún “líder” como revolucionario es una forma de asociar el éxito del sistema de salud pública cubano con el supuesto legado y la imagen icónica de un líder revolucionario. Lo que también es una estrategia propagandística, para reforzar la lealtad y la identificación de los ciudadanos con el régimen.
- Promoción de los supuestos logros del sistema de salud pública cubano a nivel nacional e internacional, como la alta esperanza de vida y la baja mortalidad infantil.
Estos son indicadores importantes de la salud de una población, y al promocionar estos logros, se intenta convencer a la población y a la comunidad internacional de que el sistema de salud público cubano es exitoso y efectivo en la atención a la salud de los ciudadanos. De esta manera, se busca generar confianza en el sistema de salud pública y en el gobierno que lo gestiona.
- Difusión de información que enfatice la gratuidad y la accesibilidad del sistema de salud pública cubano para todos los ciudadanos, independientemente de su situación económica o social.
Al difundir información que destaque los beneficios del sistema de salud público cubano en términos de su acceso y gratuidad para todos los ciudadanos. La gratuidad y la accesibilidad son valores socialistas que se promueven en la ideología del Partido Comunista de Cuba y se presentan como una de las principales ventajas del sistema de salud cubano en comparación con los sistemas de salud privados de otros países capitalistas.
Por lo tanto, este tipo de propaganda busca destacar la supuesta superioridad del modelo de salud pública cubano teóricamente basado en los “principios socialistas” y la inexistente “justicia social”.
- Utilización de medios de comunicación estatales para destacar la importancia del sistema de salud pública cubano para la revolución y el bienestar del pueblo cubano.
El objetivo de esta propaganda es reforzar la idea de que el sistema de salud pública es esencial para la estabilidad del régimen y el bienestar del pueblo, y que el gobierno es el garante de su éxito y continuidad. Al enfatizar la importancia del sistema de salud pública para la revolución, el régimen busca vincular la salud con su ideología y su proyecto político, generando una identificación entre el sistema de salud y el régimen político.
- Empleo de discursos y mensajes que resalten la supuesta superioridad del sistema de salud pública cubano sobre los sistemas de salud de otros países, especialmente de los países capitalistas.
Esta táctica intenta reforzar la idea de que el sistema de salud público cubano es una manifestación directa del éxito y la superioridad del sistema político cubano en comparación con los sistemas políticos de otros países. Este mensaje está diseñado para mantener el apoyo popular y para reforzar la legitimidad del régimen político cubano ante el pueblo cubano y ante la comunidad internacional.
Veamos solo unos pocos ejemplos en la concreta:
Este discurso revela la visión sesgada y desinformada de Castro sobre el trabajo de MSF y de otros profesionales de la salud. Profesionales con altos valores éticos y morales que dedican su vida a brindar asistencia médica a las víctimas de desastres naturales o humanos y de conflictos armados, sin ninguna discriminación de raza, sexo, religión, filosofía o política.
Castro muestra su habitual actitud arrogante y poco respetuosa hacia organizaciones internacionales de salud y a los colegas médicos de otros países.
Al denigrar a “Médicos sin Fronteras” y ofender a médicos de Estados Unidos, Europa y otras partes del mundo, Castro no solo mostró su falta de respeto y reconocimiento por el esfuerzo y la solidaridad de estas personas. También ignoró la importancia de la cooperación y el diálogo entre las diferentes comunidades para enfrentar los problemas de salud globales.
El déspota caudillo, parece estar más interesado en hacer propaganda y aumentar el prestigio de Cuba con un arribismo demagógico, sin de reconocer el trabajo de otros profesionales de la salud y su contribución a nivel mundial.
La participación de médicos cubanos en misiones internacionales ha sido objeto de denuncias internacionales debido a las condiciones en que trabajan, incluyendo el hecho de que son contratados por el gobierno cubano y reciben una parte muy pequeña de la remuneración que se paga por su trabajo.
Además, su participación en estas misiones a menudo es presentada como un acto de solidaridad y altruismo, aunque algunos cuestionan la verdadera motivación detrás de estas iniciativas, puesto que la mayoría de esos médicos vive en condiciones de pobreza, y ganan salarios por debajo de los 25 dólares diarios.
Miente directamente en cuanto a la gratuidad de los servicios de salud prestados por los médicos cubanos, y en ese sentido es importante señalar que, aunque los pacientes pueden no tener que pagar por el servicio en sí mismo. El costo de estos programas suele ser cubierto por el gobierno de la nación anfitriona o por organizaciones internacionales, lo que implica un gasto para los contribuyentes y los ciudadanos de esas naciones.
«Nuestro país a fines de este año tendrá la capacidad de operar no menos de 5 000 ó 6 000 pacientes diarios, en 24 centros que tienen ya su equipamiento completo y de los más modernos. Estamos todavía en la fase de entrenamiento. Si un país bloqueado como Cuba puede prestar ese servicio, ¿por qué no lo prestan otros países?, es la pregunta que hay que hacerse. Porque millones quedan ciegos y quién los atiende.»
En su soberbio alarde, con ínfulas de superioridad, Castro desnuda su ignorancia o engaña a exprofeso, primero porque ningún país del mundo arremetería semejante “delirio” de derrochar el escaso presupuesto público, en una sola problemática de salud.
Como en efecto, por solo citar un ejemplo, aún estamos esperando que lleguen las ambulancias por ese mismo año prometidas, ni hablar de la ignominia de prometer que toda urgencia sería atendida en menos de 10 minutos. ¿Cuántas muertes prevenibles han sucedido y suceden solo por esa absurda decisión de inversión?
Además, es importante tener en cuenta que los servicios de salud van más allá de la cantidad de pacientes atendidos diariamente y requieren de una inversión y planificación adecuada para brindar atención de calidad y prevenir muertes prevenibles. Es necesario evaluar el impacto real de las políticas de salud y tomar decisiones informadas basadas en datos y evidencia científica.
Otra falsedad a todas luces, entre retóricas ahorcadas, son las cifras a las que supuestamente llegarían a la isla ni siquiera igualan las internacionales. La intervención por cataratas es el procedimiento quirúrgico más prevalente de todas las especialidades médicas con un estimado de 3,7 millones de casos por año en los EE. UU., 7 millones en Europa y 20 millones en todo el mundo.
Esas palabras son una clara muestra de propaganda política en la que se enfatiza la supuesta capacidad de Cuba para proporcionar atención médica a un gran número de pacientes diarios, lo que podría ser utilizado para obtener beneficios políticos, en lugar de centrarse en la calidad de atención médica y en la planificación adecuada de la inversión en salud pública.
Reflejo de la importante diferencia entre hacer políticas de salud centradas en el bienestar de los seres humanos y hacer propaganda político-ideológica. Las políticas de salud centradas en las personas se enfocan en proporcionar atención médica de calidad y accesible a todas las personas, sin discriminación.
Por otro lado, la propaganda en la que se utilizan iniciativas de salud pública como medio para generar utilidad política, busca obtener ganancias políticas o influencia a través de la promoción de dichas iniciativas. En este caso, la atención médica y la salud de las personas son solo un medio para un fin político, en lugar de ser un fin en sí mismo.
Es crucial que las políticas de salud sean diseñadas y aplicadas para mejorar la salud de la población, y no para satisfacer intereses políticos. A su vez estas políticas deben ser evaluadas y monitoreadas constantemente a través de indicadores objetivos y confiables que midan su impacto real en la salud y bienestar de la población.
La verborrea política propagandística suele ser engañosa y no necesariamente reflejar la realidad de la situación de salud en el país, como en efecto ocurre en Cuba. Es importante que se realicen evaluaciones objetivas y se utilice la evidencia científica para diseñar e implementar políticas de salud efectivas que satisfagan las necesidades de la población.
Es transcendental que la evaluación de las políticas de salud sea ejecutada por organismos independientes y objetivos, que puedan analizar de manera lo más imparcial posible los resultados obtenidos y compararlos con los objetivos establecidos.
Esto permite una mayor transparencia y garantiza que las decisiones tomadas estén basadas en evidencia y no en intereses políticos o económicos. De esta manera, se pueden identificar las áreas de mejora y garantizar que se estén aplicando las políticas de manera efectiva para mejorar la salud de la población.
Pero en Cuba, no existen ONGs independientes, y la libertad de prensa y de expresión es limitada, lo que dificulta la fiscalización y verificación de las políticas de salud por parte de observadores independientes o de la propia población con sus denuncias.
Durante la pandemia del COVID-19 en Cuba aumentó el reporte de casos de represión y detenciones arbitrarias contra ciudadanos que se han manifestado en contra del gobierno y han denunciado la falta de insumos y medicamentos en los hospitales. También se han reportado restricciones en el acceso a internet y la censura de ciertos contenidos críticos hacia el gobierno. Y persecución y sanción de publicaciones en redes sociales.
«Hace muchos decenios que las autoridades cubanas usan sistemáticamente la legislación penal —o la amenaza de usarla— para silenciar la disidencia. El nuevo Código Penal contiene un conjunto de disposiciones aterradoras que confieren a las autoridades facultades aún mayores para seguir sofocando la libertad de expresión y de reunión en 2023 y años posteriores.» —Erika Guevara Rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacional.
En julio de 2021, el gobierno cubano aprobó una nueva ley de ordenamiento jurídico que incluía la modificación del Código Penal, lo que algunos críticos señalaron como una forma de criminalizar aún más la disidencia y limitar la libertad de expresión.
La ley establece sanciones para aquellos que difundan información falsa que “afecte el interés público, la salud, la seguridad o la economía del país“, lo que ha sido criticado por organizaciones de derechos humanos que argumentan que la ley es vaga y puede ser implementadas para reprimir la libertad de expresión y de prensa.
A continuación, cinco preocupaciones importantes sobre el nuevo código penal cubano:
- Aumentó el número de delitos castigados con la muerte y la cadena perpetua.
- Incluye el castigo a personas u organizaciones que reciban financiación extranjera.
- Impone más limitantes para cuestionar a las autoridades.
- Criminaliza el uso de las redes sociales.
- El feminicidio no está contemplado a pesar de la inclusión de otros delitos por razón de género.
En resumen, el régimen cubano ha respondido a las denuncias ciudadanas durante la pandemia con represión y censura, y con una nueva ley de ordenamiento jurídico dirigida a restringir aún más la libertad.
Por su parte la Subversión ideológica actúa ante:
Promoción de la idea de que el sistema de salud pública cubano es un ejemplo de igualdad y justicia social, a pesar de las deficiencias que pueda presentar, y que la salud es un derecho humano que debe ser garantizado por el Estado.
De esta manera, se busca mantener el apoyo del pueblo al régimen autocrático, incluso en situaciones en que el sistema de salud pública cubano no cumpla con las necesidades y expectativas de la población.
Fomento de la desconfianza hacia los sistemas de salud privados o de mercado, presentándolos como interesados solamente en el lucro y no en la atención a la salud de las personas, y presentación del sistema de salud pública cubano como la única alternativa posible para garantizar una atención sanitaria de calidad para toda la población.
Critica constante y denuncia de la influencia del capitalismo en la salud, enfatizando la supuesta mercantilización de la salud en otros países y presentando al sistema de salud pública cubano como una alternativa más humana y justa.
Aunque en realidad el deterioro de los sistemas de salud puede ser causado por una gran variedad de factores, incluyendo la falta de inversión en infraestructura, la corrupción, la mala gestión y la falta de recursos humanos y materiales.
Si bien estos problemas pueden ocurrir, y de hecho ocurren en cualquier sistema de salud, independientemente de su ideología política. También es cierto que todos los sistemas de salud socialistas han experimentado problemas de este tipo que se profundizan y extienden crónicamente.
Para muchos, la propaganda política socialista, la subversión ideológica y el deterioro de los sistemas de salud son temas distintos que deben ser abordados por separado. Pero en la inescrupulosa practica socialista bajo ley por dogma de que “el fin justifica los medios”, no solo están estrechamente relacionados, sino que pertenecen a un círculo de perpetuación de los males.
La propaganda política se utiliza directamente para ocultar las deficiencias y fallos del sistema de salud, mientras que el deterioro del sistema de salud puede conducir a un mayor uso de la propaganda para mantener la ilusión de que todo está bien.
En el contexto de la salud, la subversión ideológica puede llevar a la promoción de una idea errónea de que solo el sistema de salud público socialista puede garantizar el acceso a una atención sanitaria de calidad y que los sistemas de salud privados o de mercado son inmorales o injustos.
Esto puede llevar a una perpetuación del deterioro del sistema de salud público, ya que la población puede creer que no hay otra alternativa viable y por lo tanto no hay incentivos para mejorar el sistema existente.
Además, en los sistemas de salud socialistas, el conflicto de intereses también puede ser un factor importante. Los líderes políticos tienen intereses personales en el mantenimiento del statu quo, ya sea porque están obteniendo ganancias personales del sistema de salud o porque dependen de él para mantener su poder político.
Esto puede llevar a la supresión de la información crítica y a la promoción de la propaganda para mantener el control y evitar cambios necesarios en el sistema de salud. La propaganda política socialista usada para encubrir los problemas reales en el sistema de salud y desviar la atención hacia los logros ficticios, lo que perpetúa el problema.
Desgraciadamente fue en “Cuba en tiempos de pandemia” donde estalló la realidad y afloró la verdad oculta tras las consignas propagandísticas del castrismo.
En resumen, el deterioro de los sistemas de salud, la propaganda política socialista, y la subversión ideológica están relacionados y se refuerzan mutuamente en la medida en que los líderes políticos socialistas ganan poder e interponen sus intereses personales en la perpetuación del sistema de salud existente y la promoción de la propaganda.
Ahora bien, existe, aunque no esté clara para la mayoría y se utilicen indistintamente los términos, una amplia diferencia moral y ética entre la información, la promoción, el marketing o mercadotecnia, y la propaganda.
Por un lado, la información se refiere a la presentación objetiva, neutral y veraz, de datos o hechos, sin intención de persuadir ni influir en la opinión del receptor. Mientras que la promoción y el marketing son técnicas que tienen como objetivo promover productos o servicios de manera persuasiva, pero dentro de un marco ético y legal.
Como he definido antes, la propaganda, por otro lado, es una técnica de persuasión que busca manipular la opinión y la conducta de las personas mediante el uso de información parcial o falsa, y apelando a emociones y prejuicios. La propaganda a menudo tiene un propósito político o ideológico, y puede implementar tácticas manipulativas y engañosas o incluso fraudulentas para lograr sus objetivos.
Según los Criterios Éticos para la Promoción de Medicamentos de la Organización Mundial de la Salud (OMS):
Por lo tanto, mientras que la información, la promoción y el marketing se basan en la honestidad y la transparencia, la propaganda es una forma de comunicación manipuladora y engañosa que busca influir en la opinión y el comportamiento de las personas sin importar las repercusiones.

«– Cuando yo uso una palabra –insistió Humpty Dumpty (Tentetieso o Zanco Panco) con un tono de voz más bien desdeñoso– quiero decir lo que yo quiero que diga…ni más ni menos. – La cuestión –insistió Alicia– es si se puede hacer que las palabras signifiquen tantas cosas diferentes. – La cuestión –zanjó Humpty Dumpty– es saber quién es el que manda…, eso es todo». —Lewis Carroll. (Alicia a través del espejo).
Acompáñenme ahora en este triste recorrido por la comunicación de salud de la autoproclamada “potencia medica” que tanto alaba el OPS, la OMS, y algunos en las democracias… la Propagandéticaiatros de “salud revolucionaria” más que cubana.
Así comenzó el régimen a “combatir” la pandemia: “Producen en Cuba 22 medicamentos contra Covid-19” Periódico Trabajadores, @50Trabajadores, publicado el 18 marzo, 2020.
Cuando ninguno de esos medicamentos es “contra” el Covid-19, puesto que para esa fecha no existía tratamiento específico para la nueva enfermedad. De esa auténtica falacia por titular con el que manipularon dándole falsas esperanzas a mi pueblo, y quien sabe a cuantos más, se hicieron eco y cómplices no pocos medios. Tal y como era de esperar respecto a toda propaganda favorecedora al sistema de salud cubano y de la gestión de gobierno.
Algo que por demás fue poco denunciado a pesar de la envergadura de tan des informativa propaganda, quizás por los conocimientos técnicos que se requieren para poder identificar la realidad detrás del eslogan.
Esta afirmación representa una falacia de “argumento de autoridad”, ya que se está utilizando el hecho de que se ha publicado por medios oficiales, para respaldar la afirmación de que Cuba ha producido 22 medicamentos contra el COVID-19. Sin embargo, no se proporcionan pruebas sólidas para respaldar esta afirmación que a todas luces es una exageración y una falsedad.
Lo que a ojos neófitos resultaba un alivio tranquilizante y esperanzador, no es más que una falsedad propagandística sin ética alguna al no estar respaldada por evidencia científica sólida y verificable.
Es importante tener en cuenta que la producción y aprobación de medicamentos es un proceso riguroso que implica ensayos clínicos y pruebas exhaustivas para garantizar su eficacia y seguridad sin detrimento de la ética.
Sin pruebas científicas confiables, afirmar que un país produce un gran o pequeño número de medicamentos contra una enfermedad específica, en este caso, COVID-19, es profundamente engañoso y vergonzosamente dañino.
Esto nos recuerda que jamás debemos olvidar que es imprescindible verificar la fuente de la información y buscar evidencia científica independiente y confiable antes de aceptar cualquier afirmación sobre medicamentos y tratamientos.
Por desgracias, hoy los grandes medios de difusión masiva, incluidos los estatales difunden información poco rigurosa, principalmente en cuestiones de la salud humana. El problema fundamental radica en la ausencia de contrapesos al oficialismo en los regímenes totalitarios como el del castrismo en Cuba.
“Biocubafarma garantizará producción de los 22 medicamentos para el tratamiento del Covid-19”.
Estas afirmaciones también representan podría considerarse como una falacia de información incompleta, ya que se está presentando información que no es completamente precisa o verificada como verdadera para respaldar una afirmación.
En este caso, la afirmación de que Cuba tiene 22 medicamentos el tratamiento del Covid-19 no está respaldada por evidencia científica y, por lo tanto, es inexacta, engañosa o directamente falsa.
En el caso citado, podría llevar a la gente a creer en la eficacia de estos supuestos medicamentos cuando no está científicamente demostrada, pudiendo aparecer en las personas una falsa seguridad que atenta contra las medidas epidemiológicas, y disminuyendo la atención hacia posibles terapéuticas efectivas fuera de la isla.
Algunos de estos titulares comenzaron incluso desde el mes de abril de 2020, o sea a menos de un mes de declarado el estado de pandemia: “Biomodulina T, uno de los 22 medicamentos contra la Covid-19 en Cuba”. Donde no dejan de delirar con frases tan vomitivas y falsas como esta:
“La biotecnología cubana ha sentado cátedra en el panorama internacional por varias décadas” por el periodista Abel Reyes Montero. Pero lo que le puso la tapa al pomo fue que compartiendo este tweet del perfil “anónimo” falso que manejan varios esbirros de la Seguridad del Estado castrista:

“La bondad del sistema de salud de #Cuba, nos da la posibilidad de ayudar al mundo con nuestros modestos recursos, el interferon 2B se ha convertido en uno de los medicamentos más solicitados en el mundo. Después de los resultados alcanzados en #China, llega ahora a #Italia. — Guerrero Cubano (@GuerreroCuba) March 14, 2020”, la cadena TeleSur se pierde una vez más en el abismo de la falta de ética profesional y me explico brevemente respecto a toda esta campaña propagandística cubana.
Ignoremos por un instante la falacia de “argumento ad populum”, ya que se está apelando a la popularidad del sistema de salud cubano, en intento de transferirá al medicamento (interferón 2B) prácticamente en desuso, para validar la eficacia y bondad de estos.
Además, se está utilizando información de un perfil anónimo “falso” para respaldar esta afirmación, lo que aumenta la falta de ética y credibilidad en la fuente y en la cadena de noticias que lo compartió, en este caso TeleSur.
Se hace evidente falta de profesionalismo de TeleSur al citar un perfil falso de Twitter como supuesta fuente confiable, nos sugiere que su reporte no fue rigurosamente verificado y puede no ser precisamente cierto, difundiendo así propaganda del régimen cubano. A todas luces la complicidad parcializada de TeleSur intenta darle visibilidad a tan vergonzoso perfil.
Cuando se proporciona información intencionalmente falsa o engañosa para respaldar una afirmación o argumento falaz que es utilizado con el fin de influir en las creencias o acciones de la persona a la que se dirige la información falsa. Quedan en evidencias las intenciones políticas por encima de la profesionalidad, la ética profesional, y en detrimento de los clientes, usuarios y seguidores.
Pasemos directamente a la “nimiedad” de que intenten hacer alarde con la ridícula cifra de 300 medicamentos, que para el 2018 (mejor año histórico) llegaron a 488 los productos reportados como producidos por la industria nacional de un total de 761 fármacos a los que le podemos restar los 153 productos “naturales”.
O sea, según los datos oficiales, explicados por el propio ministro de Salud Pública, Dr. José Angel Portal Miranda en el programa Mesa Redonda (otro de los más manipuladores creado por el paladín de la moringa, para explicar sus delirios en tiempos de ollas eléctricas).
Dan cuenta de que en el arsenal terapéutico total de la potencia médica es de 619 fármacos de los cuales solo 268 son vendidos en las farmacias comunitarias. Y solo fueron subsidiados el 46% (162 de los 353) de los vendidos en farmacia en 2019.

Ahora, sin entrar en muchos detalles, veamos que de los 619 medicamentos debemos restarle los 172 productos “naturales” sin evidencias científicas para el tratamiento específico de enfermedades, por lo que el arsenal real es de 447 medicamentos.
Pero ¿De qué están hablando cuando utilizan indistintamente los términos “fármacos” y “medicamentos”? Permítanme por favor, unos conceptos básicos indispensables para comprender este problema ético en cuestión.
Según reza en la “biblia azul de la farmacología”, la definición más amplia de un fármaco (del griego phármakon) implica a todo agente químico capaz de modificar el protoplasma vivo. Pero esta definición excede por mucho el interés y utilidad clínica en la práctica médica, más interesada en aquellas sustancias que al entrar en contacto con el organismo humano (por cualquier vía) muestre eficacia en la prevención, el diagnostico, y el tratamiento de enfermedades, con el mejor perfil de seguridad, o sea, idealmente libe de efectos adversos.
La realidad es que, en la práctica médica, muy raramente un fármaco es efectivo y seguro para todos los pacientes. Simplificando en un sentido más general, puede considerarse un fármaco a cualquier sustancia xenobiótica (no sintetizadas en el cuerpo) o no, que provoca un cambio en la función biológica a través de sus acciones químicas.
Aunque los términos fármaco, droga y medicamento son en sentido general intercambiables, para muchos entendidos deben diferenciarse. El fármaco representa la molécula bioactiva, el ingrediente o principio activo (API, active pharmaceutical ingredient), o sea, el componente responsable de las propiedades farmacológicas o tóxicas de una sustancia.
El término “droga” debe reservarse para las sustancias psicoactivas (potencial de abuso o dependencia) utilizadas con fines terapéuticos o recreativos por producir placer. Por su parte un medicamento es la integración en una forma farmacéutica de uno o más fármacos con acción farmacoterapéutica (estimulan o deprimen funciones bioquímicas o fisiológicas) presentado para expendio y uso industrial o clínico.
En este sentido, los términos “fármacos” y “medicamentos” no son completamente intercambiables, aunque están relacionados.
Para entender de forma simplificada la variedad de productos en el mercado podemos partir del código ATC o Sistema de Clasificación Anatómica, Terapéutica, Química (ATC: acrónimo de Anatomical, Therapeutic, Chemical classification system) instituido por el Collaborating Centre for Drug Statistics Methodology de la OMS, que organiza según grupos terapéuticos y con una jerarquía de cinco niveles en la cual el quinto nivel representa el principio activo (ATC5) o fármaco.
Con un determinado fármaco, por ejemplo, el ibuprofeno (ácido (RS)-2-(4-isobutilfenil) propanoico), pueden crearse múltiples medicamentos clínicos solo o en combinación con otras sustancias, que a su vez dan origen a un sinnúmero de productos comerciales (Advil, Motrin, Actron, Tabalon).
En otras palabras, para un mismo fármaco, existen varios medicamentos de utilidad clínica y múltiples productos comerciales. Esto se debe a que los fabricantes pueden utilizar diferentes formulaciones, excipientes y dosificaciones para adaptar el medicamento a las necesidades específicas de los pacientes y mejorar su aceptabilidad.
Ahora usted puede ver con claridad que de esos 447 medicamentos cuando restemos las diferentes formas farmacéuticas de un mismo principio activo, nos quedaríamos en un menor número de fármacos, cifra que no es proporcionada en ningún momento a pesar del número de artículos y programas dedicados a este importante asunto.
Así que buscamos en las referencias especializadas y encontramos que: El Formulario Nacional de Medicamentos (versión web), “consta de una base de datos con 750 fármacos empleados en el Sistema Nacional de Salud de Cuba y 500 principios activos”. Entiéndase a efectos antes explicados, fármacos como medicamentos y principios activos como fármacos.
Y para que se tenga una idea crítica de lo ridículamente absurda de esta habitual propaganda chovinista, comparemos estas cifras con las de algunos países:
Para el 2015 existían, 16 520 medicamentos de uso humano autorizados en España. En la actualidad, existen 15 411 medicamentos que se pueden seguir activamente.
Algo similar ocurre en Chile durante los años 2015 y 2018, existieron 15 903 productos comerciales registrados ante el Instituto de Salud Pública de Chile (ISP).
En los EE.UU. Hay más de 20 000 medicamentos con receta aprobados para su comercialización por la FDA. Hay más de 100,000 productos farmacéuticos disponibles en los Estados Unidos, que incluyen tanto medicamentos de marca como genéricos.
Sí, no se equivoca usted si asegura que no es el Embargo estadounidense sino el Bloqueo Interno de la Kakistocracia Castrista quien priva al cubano de acceder a más de 15 mil medicamentos disponibles en la mayoría de los países del mundo.
En efecto, la propaganda chovinista del régimen castrista ha intentado presentar su sistema de salud como uno de los mejores del mundo, incluso en términos de disponibilidad de medicamentos y principios activos. Sin embargo, como se ha demostrado, el número de medicamentos disponibles en Cuba es significativamente inferior al de otros países, como España, Chile o los Estados Unidos.
Esta falta de acceso a una amplia variedad de medicamentos es el resultado del bloqueo interno impuesto por el régimen castrista, que ha fracasado en la creación de un sistema de salud sostenible y eficiente que pueda atender las necesidades de la población.
En lugar de invertir en la salud y el bienestar del pueblo cubano, el régimen ha priorizado el mantenimiento del poder y el control político, lo que ha llevado a una situación crítica en la que los ciudadanos cubanos tienen que enfrentarse a la escasez de medicamentos y servicios de salud de calidad.
Pero embarrémonos un poquito más en el lodazal castrista y su autoproclamada “potencia médica”.
Al menos un estudio determinó que unos 1 453 fármacos (como molécula bioactiva) habían obtenido la aprobación de la FDA al 31 de diciembre de 2013.
Durante los últimos 10 años más de 20 nuevos fármacos (number of new molecular entities: NMEs) han sido aprobados por año con un record de 59 nuevas moléculas en el 2018 solo en los EE. UU.
Por su parte en Chile unos 1 651 fármacos autorizados por el ISP se tradujeron en 6 977 medicamentos y en un total de 15 903 productos comerciales registrados ante el ISP durante los años 2015 y 2018.
Cuando buscamos en DrugCentral una base de datos que se basa en una lista seleccionada de 4 444 API, con una lista inequívoca de más de 20 617 sinónimos de medicamentos y códigos de investigación que se actualizan continuamente mediante el monitoreo automatizado de las aprobaciones de las agencias reguladoras de la Administración de Alimentos y Medicamentos de los EE. UU. (FDA).
Entity | Count |
Active Ingredients | 4,714 |
Small molecule | 3,916 |
Biologic | 341 |
Other | 457 |
FDA drug labels | 105,785 |
Rx drug labels | 37,089 |
OTC drug labels | 65,276 |
Pharmaceutical formulations in FDA drug labels | 129,975 |
Así es, tampoco se equivocaría ahora usted si asegura que no ha sido el Embargo sino el Bloqueo Interno Kakistocracia Castrista quien priva al cubano de acceder más de 4 mil fármacos (principios activos) disponibles en la mayoría de los países del mundo.
Con este chiste de muy mal gusto, que pareciera más salido de los laboratorios del izquierdismo global que de un cubano: «Contamos un chiste en Cuba, que si nosotros descubriéramos el remedio para el coronavirus, Donald Trump dejaría morir a todos los norteamericanos antes que comprarlo» – Andy Robison, para “La Vanguardia”.
No soy partidario de ninguna censura, menos la del arte y la sátira de la comedia y el humor, eso incluye el derecho a crítica. Pero el comentario pudo resultar ofensivo e insensible hacia la situación de la pandemia en Estados Unidos, y puede reflejar una postura de confrontación política y un estereotipo negativo sobre el gobierno de dicho país.
También puede ser considerado como una violación de la ética profesional por varias razones. En primer lugar, su comentario es difamatorio y carece de pruebas concretas sobre la actuación del gobierno de los Estados Unidos con relación al tratamiento del coronavirus. En segundo lugar, al difundir información infundada, puede generar un daño en la credibilidad y confianza en la gestión de la salud pública por parte de las autoridades sanitarias.
En su artículo vergonzosamente propagandístico y falto de toda pericia periodística, como mero eco del castrismo, por ejemplo, afirma que: «Cuba desarrolla una serie de fármacos que forman parte del cóctel utilizado con éxito contra el coronavirus».
Cuando en realidad si hubiese observado el protocolo terapéutico publicado por el mismo castrismo, él o algún experto, rápidamente comprobaría que es una falsedad que ronda el absurdo lo que ha afirmado.
También participa en la presión sobre la opinión pública de lobistas y parcializados conocidos por sus intentos de lavarle la imagen al régimen como es el caso de Helen Yaffe: «“A mí me han llamado médicos desesperados en hospitales en Nueva York para preguntarme cómo pueden conseguir el Interferón Alfa 2B…”, dice Helen Yaffe»
Ampliamente conocida por ser una defensora del régimen cubano, y criticada por presentar una imagen parcializada y poco crítica de la situación médica en Cuba, como una burda estafa al pueblo estadounidense. Pero vayamos a su argumento.
En este contexto, su declaración podría ser vista como una forma de promover el uso del Interferón Alfa 2B, un medicamento producido en Cuba, sin tener en cuenta la evidencia científica sobre su efectividad en el tratamiento del COVID-19 y sin mencionar otras opciones terapéuticas disponibles. Esto representa un sesgo en la información presentada y una forma de presionar a la opinión pública a favor del régimen cubano.
Es difícil saber con certeza si algún médico efectivamente llamó a Helen Yaffe para preguntar sobre el Interferón Alfa 2B en el contexto del tratamiento del COVID-19, o fue solo una mentira propagandística.
Sin embargo, si lo hicieron, esos profesionales dejan mucho que desear al mostrar su desconocimiento de las evidencias científicas actuales sobre la efectividad de ese medicamento en el tratamiento del COVID-19, ya que hasta la fecha no existen estudios concluyentes que respalden su uso en esta enfermedad.
La misma autora en afirmar falsedades como: «En Cuba los institutos trabajan en colaboración y no en competencia; es más rápido porque el criterio es el interés nacional y no el interés privado» —Helen Yaffe
En la cita se puede identificar la falacia conocida como “falsa dicotomía“, al presentar una supuesta dicotomía entre trabajar en colaboración o en competencia, como si fuera imposible trabajar en ambas formas al mismo tiempo.
Si bien es cierto que los institutos en Cuba trabajan en colaboración, esto se debe en gran medida a que todo el sistema de investigación y desarrollo está centralizado y subordinado al único partido político en el poder, lo que elimina la competencia y la diversidad de ideas y enfoques en la investigación. Es ese aspecto el que limita la creatividad y la innovación en la ciencia y la tecnología. Algo que es evidente al comparar los datos de producción, creación de patentes, y publicaciones, entre muchos más.
Además, al afirmar que en Cuba el criterio es el “interés nacional” y no el “interés privado”, se comete la falacia conocida como “falacia de la generalización apresurada“, ya que se está haciendo una afirmación generalizada sin suficiente evidencia para sostenerla y sin tener en cuenta la complejidad de las motivaciones y decisiones que pueden influir en la gestión de instituciones de salud en cualquier país.
También representa una violación a la ética profesional al presentarse información inexacta o engañosa para promover una agenda política o ideológica o favorecer al poder imperante.
Ese criterio del “interés nacional“ en la práctica pocas veces se traduce en decisiones y políticas efectivas para el bienestar de la población cubana. ¿O acaso no ha sido esa misma la política estatal la que ha llevado a la escasez de recursos básicos, como alimentos y medicinas, lo que ha afectado gravemente la salud y la calidad de vida de la población?
La falta de libertad de prensa y de expresión en Cuba también hace difícil conocer la realidad de la situación en el país. Muchas veces, las más, la información que se difunde está sesgada o manipulada, y las críticas o protestas contra las políticas del gobierno son duramente reprimidas.
Por último, el hecho de que Cuba haya desarrollado algunos logros en ciencia y salud no significa ni por casualidad, que su modelo sea el único o el mejor. Otros países han logrado avances similares, o muy superiores y han implementado políticas más efectivas y sostenibles en términos económicos y sociales.
De lo esencial maravilloso.
Pongamos aquí otro necesario y preocupante además… se trata de lo que no aclara ningún funcionario ni institución revolucionaria cubana, y es que, en realidad, todos estos fármacos cubanos representan la Lista Modelo de Medicamentos Esenciales de la OMS publicada por vez primera en 1977.
Creándose en lo adelante una guía actualizada regularmente por un comité de expertos internacionales, para la elaboración, adecuación según sus propias características demográficas y epidemiológicas, así como la adopción de listas de medicamentos nacionales e institucionales especificas a cada país.
Los medicamentos esenciales se podrían definir como aquellos que logran satisfacer las necesidades prioritarias de salud de una población determinada, proporcionando un tratamiento seguro y eficaz para la mayoría de las enfermedades transmisibles y no transmisibles.
Para lo que deben encontrarse disponibles en todo momento, en cantidades suficientes, en las formas farmacéuticas apropiadas, con garantía de la calidad e información fidedigna y accesibles (incluido el precio) a los pacientes y la comunidad en general.
Esta lista modelo de medicamentos esenciales que estarán disponibles en el Sistema Nacional de Salud, es adaptada a las necesidades de la población cubana y dada a conocer a través del Cuadro Básico de Medicamentos de Cuba cada año. Por ejemplo, aquí está disponible el del 2016.
Este utiliza (entre otras) la clasificación internacional de medicamentos, VEN, propuesta por la OMS 1989, que agrupa los medicamentos en Vitales, Esenciales y No Esenciales según su función terapéutica. Que para el 2010 constaba de 297 medicamentos son vitales, 302 esenciales y 62 no esenciales, para un total de 661 medicamentos.
La propia evolución del cuadro básico de medicamentos indica un decremento del número de productos farmacéuticos disponibles desde el año 2014, varios años antes del comienzo de la pandemia y de la administración Trump en el Gobierno Americano. Dejando así al descubierto la falsedad detrás de las acusaciones del régimen culpando a ambos de la debacle más reciente.
Además, la pandemia solo agravó una situación ya precaria y al culpar a factores externos, el régimen intenta evitar asumir la responsabilidad de sus propias políticas y decisiones que han contribuido a la situación actual.
Los objetivos fundamentales de estos cuadros, formularios, listados o petitorios priorizados de medicamentos van dirigidos a prever y evitar las deficiencias en la disponibilidad de estos productos sanitarios en la red de servicios asistenciales públicos garantizando su acceso a todos en la comunidad, mientras promueven la racionalidad en su uso, y contribuyen a disminuir el gasto farmacéutico del presupuesto público.
Objetivo que el sistema de salud cubano lleva décadas incumpliendo directamente, mientras recibe paradójicos elogios de la comunidad internacional incluida bochornosamente la OPS y la OMS que terminan actuando com verdaderos cómplices de las arbitrariedades y abusos del castrismo.
Si se pretende tener una mínima idea de la envergadura de esta tarea, téngase en cuenta que se ha estimado que se podrían evitar más de 10 millones de defunciones anuales a través de aquellas intervenciones sanitarias dependientes de los medicamentos esenciales.
Quiere decir que los sistemas sanitarios garantizan un arsenal minino indispensable de medicamentos requeridos por el país para una correcta terapéutica a la población en todo momento y bajo cualquier circunstancia.
Y esto lo cumplen sin limitar o contraponerse a la existencia de otros productos farmacéuticos existentes en el resto del mercado de medicamentos como ocurre en el caso de Cuba donde este “cuadro básico” representa la totalidad de medicamentos disponibles en todo el territorio nacional.
«La Lista Modelo de Medicamentos Esenciales de la OMS intenta ayudar a los países a reducir los gastos del su sistema público de salud a través de la racionalización de la adquisición y distribución de un mínimo de medicamentos indispensables»
Es una función vital (y responsabilidad) del MINSAP aprobar y supervisar dentro del Formulario Nacional de Medicamentos una lista que representa el arsenal farmacológico nacional compuesto de aquellos medicamentos esenciales (básicos, vitales, indispensables) para la adecuada atención terapéutica elemental en el país.
En concreto, el régimen dictatorial castrista es tan ineficiente e indolente que no es capaz siquiera de garantizar el proceso de abastecimiento de un limitadísimo número de medicamentos vitales que representan este mínimo indispensable para tratar solo la mayor parte de los problemas de salud más frecuentes de la población cubana, al tiempo que se vende como potencia médica y biotecnológica.

El titular “El Programa de Medicamentos en el país, una prioridad del Gobierno Cubano” puede considerarse engañoso y falso puesto que el contenido del artículo habla sobre el déficit de medicamentos en el país y la incapacidad del gobierno para garantizar su suministro adecuado a la población en las últimas décadas.
Al presentar la situación actual como una “prioridad del gobierno”, se puede interpretar como una falta de transparencia y responsabilidad por parte de la prensa castrista. En el que el uso de la palabra “prioridad” sugiere que el gobierno está tomando medidas efectivas para solucionar el problema, lo cual puede ser visto como una manipulación de la información y una falta de ética periodística.

Los titulares de la prensa independiente contrastan con el titular de la prensa castrista, ya que la prensa independiente reconoce la existencia de una fuerte escasez de medicamentos esenciales en Cuba, y lo deja claramente expresado desde el titular.
Mientras que la prensa castrista presenta el programa de medicamentos como una prioridad del gobierno cubano, cuando el artículo abordar la crisis actual de falta de medicamentos. Esto podría considerarse un error ético, ya que oculta la verdad a la población y difunde una imagen falsa y propagandística del gobierno.
Por otra parte, vemos cómo la prensa extranjera acreditada se comporta como un mero eco del castrismo, por ejemplo, Reuters “Cuba combate la escasez de medicinas provocada por su falta de efectivo“. Cuyo titular podría interpretarse como un intento de justificar la escasez de medicamentos en Cuba atribuyéndola netamente a la falta de recursos económicos del país, lo que podría dar una impresión positiva del régimen.
Estas son solo algunas de las falacias que te tragas si crees en la propaganda castrista sobre el sistema de salud cubano. Te invito a investigar más sobre este tema y a contrastar las fuentes oficiales con las independientes, las estadísticas con las realidades, las apariencias con las evidencias. Solo así podrás formarte una opinión crítica e informada sobre lo que realmente ocurre en la isla.
El bloqueo interno de la kakistocracia castrista es una realidad que sufren millones de cubanos desde hace más de 60 años. Es una violación sistemática y flagrante de los derechos humanos que impide el desarrollo humano y social de la nación cubana. Es una política fracasada e inhumana que solo beneficia a una minoría privilegiada que se aferra al poder a costa del sufrimiento del pueblo.
La kakistocracia castrista es la verdadera enemiga del pueblo cubano. Es hora de que los cubanos se levanten contra esa tiranía del mediocre y su bloqueo interno y exijan el fin de la dictadura. Únicamente así podrán disfrutar de sus derechos humanos y construir una sociedad más justa y próspera.
El bloqueo interno tiene un impacto negativo en la salud y la calidad de vida de los cubanos, que sufren la falta de más de 15 mil medicamentos disponibles en la mayoría de los países del mundo, y que se ven obligados a recurrir al oscurantismo, los remedios caseros, a la automedicación o a la resignación.
El bloqueo interno castrista es una violación flagrante de los derechos humanos de los cubanos, que tienen derecho a una salud digna y a una vida plena. Es también una muestra de la ineficiencia y el fracaso del sistema socialista, que no puede garantizar las necesidades básicas de su pueblo.
Por eso, es necesario exigir el cese del bloqueo interno castrista, que es el verdadero responsable del sufrimiento y la miseria de los cubanos. Es necesario reclamar la libertad económica y política para que los cubanos puedan decidir su propio destino y acceder a los beneficios del desarrollo y el progreso.
Y este es el mensaje que queremos compartir con ustedes en este blog, donde te informaremos sobre la realidad cubana y te invitaremos a sumarte a nuestra lucha por una Cuba libre y democrática.
Gracias
PD: Les invito a continuar esta serie de artículos de denuncias sobre la propaganda inescrupulosa y los mitos del castrismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario